Prisoner 46664. Madiba se ha convertido en uno de los
personajes más influyentes del siglo XX y principios del XXI. Consagrándose
como un símbolo de tolerancia y dignidad, y como un luchador en contra del
apartheid. Su figura ha transcendido
hasta la gran pantalla, en varios films y documentales.
Nelson
Mandela murió el 5 de Diciembre de 2013, al mismo tiempo que en Londres tenía
lugar la premiere de la película dirigida por Justin Chadwick que abarcaba gran
parte de la vida del famoso presidente. Durante el mismo, las hijas de Mandela,
Zindzi y Zenani, fueron informadas de la muerte de su padre, y aunque se les
ofreció la posibilidad de posponer el estreno, ambas decidieron que se emitiera
a pesar de todo. El público sólo tuvo conocimiento una vez la película hubo
terminado, cuando, en mitad de los créditos, uno de los coproductores se subió
al escenario para anunciar la triste noticia, seguida inmediatamente de dos
minutos de silencio. Mandela:
Del mito al hombre se ha
beneficiado indirectamente de esta situación, revistiendo todo su marketing
publicitario en la figura solemne del ex presidente sudafricano.
El biopic recala todos los momentos más importantes de la
vida de Madiba, desde su infancia hasta el comienzo de su mandato. 50 años que
se resumen, a duras penas en este film de 2 horas y media. Más que un biopic,
resultaría un homenaje a título póstumo.
Y es que, el metraje se construye de forma episódica, donde algunos momentos
son imposibles de hilar y pierden la continuidad que requiere la trama.
Cabe destacar la gran interpretación de ambos personajes
principales, Mandela ( Idris Elba), y Winnie Mandela ( Naomie Harris). Idris
Elba se convierte en el punto más fuerte del film, al conseguir una
interpretación perfecta, tanto en los gestos como en su voz. Naomi Harris,
consigue dar esos cambios de registro paulatinos que el personaje va
necesitando. Desde una joven que se
encuentra en la sombra sociopolítica proyectada por su marido, hasta
convertirse en el eje por el cual se mueve toda la lucha armada. Momentos en
los que ambos, gracias a su interpretación, dotan al largometraje de emoción.
En cambio, la caracterización de los personajes es pésima,
sobretodo, en el personaje de Madiba. Un rostro plano, donde las prótesis y el
maquillaje dejan mucho que desear. Ya que no podemos contemplar en su rostro la emoción
transmitida en cada momento por el
personaje.
En cuanto al punto de vista técnico se trata de una historia
lineal, rodeada de flashback y momentos cargados de una atmósfera idílica
que evocan la infancia. Una utilización colorista del
film recreando a los metrajes de los años 70. El biopic en ciertos momentos,
olvida esta plasticidad del color para convertirse en un documental.
En definitiva, destaca los momentos más importantes de la
vida de Nelson Mandela, pero a la vez,
pierden la relevancia que poseen. Una película que sobrevive
cinematográficamente hablando, gracias a la gran interpretación de todos sus
personajes.
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